Eligio García Márquez
Su obra está comenzando a ser conocida y valorada en su ciudad, su región y su país.
Nacido en Sucre-Sucre. Su corta vida abarca unos escasos cincuenta y tres años, de 1947 a 2001. Sus cuentos y novela fueron publicados por primera vez entre 1971 y 1981, mientras que trabajaba como periodista, centrándose en la crónica sobre temas literarios y culturales. De 1982 a finales de su vida se publicaron sus originales obras de crítica y periodismo sobre los principales escritores del boom (Son así, 1982), la filmación de Crónica de una muerte anunciada (La tercera muerte de Santiago Nasar: Crónica de la crónica, 1986 y 1987), la novela periodística de Tom Wolfe (Tom Wolfe, o la novela periodística, 1991) y una extensa historia de Cien años de soledad (Terminación de Tras las claves de Melquiades, gracias a su hijo Esteban García, antes de la revisión hecha por Roberto Burgos, 2001). Seguía con sus trabajos periodísticos, publicando en revistas, produciendo videos, y dirigiendo programas sobre literatura para la televisión. Trabajaba en su segunda novela, Virreyes y reinas, una labor que le representó amor y tortura durante más de veinte años. Hasta la fecha queda inédita.
Cuando Eligio García se enfermó en el año 2000, estaba terminando la investigación sobre Cien años de soledad, trabajo al cual le había dedicado más de cinco años. Con la ayuda de su amigo, el escritor Roberto Burgos Cantor, se logró la publicación de Tras las claves de Melquíades tres meses antes del fallecimiento de Eligio. El autor no llegó a ver la reedición de sus cuentos, sobre todo "El campeón de siempre", que forma parte de dos antologías editadas en Colombia: Antología del cuento caribeño (2003) y Cuentos y relatos de la literatura colombiana (2005). No vio la nueva edición de Son así (2002), sobre nueve destacados escritores latinoamericanos del siglo veinte, ni la recopilación de sus cuentos en Ocaso en el trópico (2007).
Eligio, científico.
De niño, Eligio García no pensaba escribir ficción. No apreciaba el proceso de creación que producía la literatura, sobre todo la que pretendía narrar "la verdad" a través de mentiras. Sin embargo, desde muy joven leía mucho. Su hermana y madrina, Aída, la cuarta de los García Márquez, le enseñó a leer cuando ella trabajaba en un colegio de monjas en Cartagena. Leía y releía la historia de Caín y Abel en la Historia Sagrada. También le llamaba mucho la atención el santo jesuíta Pedro Claver peleando con el diablo en Historias, leyendas y tradiciones de Cartagena. Nadie guiaba a Eligio García en su lectura. Pero la influencia aun más fuerte vino de su padrino, Jaime, el octavo de los García Márquez y el mayor de los últimos cuatro hermanos, todos nacidos en Sucre. Jaime, ahora ingeniero civil, guiaba a Eligio y éste lo consideraba como su papá. Y Jaime estaba preparando a Eligio para ganarse el premio Nóbel...¡de física!
A pesar de ser un devorador de libros, Eligio García no pensaba escribirlos. En sus días de estudiante en el Liceo de Bolívar, el colegio público masculino de Cartagena, Eligio fue bueno para las matemáticas. Además, Eligio recuerda que, en el colegio, el concepto de la literatura era "completamente terrorífico" y uno terminaba "odiándola"
Por Jaime, Eligio conocía la historia de Albert Einstein y la construcción de la bomba atómica. Al terminar el bachillerato hizo un paseo a la ciudad de Barranquilla con su amigo Roberto Burgos. Llegaron a la Librería Nacional y Eligio compró un libro sobre el físico Robert Oppenheimer, el constructor de la bomba atómica, mientras que Roberto compró un poemario de Neruda. Alentado por Jaime, Eligio solicitó y consiguió cupo para estudiar física teórica en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional en Bogotá. Con el dinero de Jaime y con las amistades de éste, Eligio consiguió el pasaje en avión a Bogotá, un traje de paño adecuado para el clima andino y alojamiento en casa de gente conocida.
Al principio Eligio García demostraba mucho amor por la física y leía literatura relacionada con la ciencia. Según su compañero de estudios de la Nacional, Julio González, Eligio tenía una visión más amplia de la ciencia, la cual trascendía el ámbito del laboratorio y tocaba la vida humana. Leía sobre la filosofía de la ciencia y la historia de la física. Admiraba mucho a Robert Oppenheimer y recomendaba a todo el mundo el libro El retorno de los brujos de Louis Pauwels y Jacques Bergier sobre ciencias ocultas. Conoció a primos cercanos y lejanos en Bogotá, entre ellos los Díaz-Granados. De esa familia Eligio estaba especialmente deseoso de relacionarse con Manuel, quien estudiaba física en la Universidad Nacional, y le dio la oportunidad de conocer un reactor nuclear.
Para ayudarse económicamente, Eligio García escribía artículos sobre ciencia para el diario El Espectador. No es de sorprender que su primer artículo fuera sobre la muerte de su ídolo, Robert Oppenheimer. También trabajaba en la legendaria Librería Buchholz, lugar de actividad literaria y cultural, ubicado en el centro de Bogotá. En esa época El Espectador publicaba una columna titulada "Desde la Buchholz" en la cual Eligio García colaboraba con cierta frecuencia.
Eligio García alcanzó a estudiar física por dos años: 1966 a 1968. En ese lapso cuestionaba mucho su compromiso con la carrera y con el país. Camilo Torres, el joven sacerdote y profesor de sociología que se había unido al Ejército de Liberación Nacional, fue asesinado el 2 de febrero de 1966. Aunque Eligio no militaba en ningún partido, admiraba a Camilo Torres. En la Universidad Nacional los estudiantes leían a Albert Camus, el existencialista, y a Jean-Paul Sartre, en esa época marxista. Eligio siempre prefirió a Camus y recuerda que El revés y el derecho lo hacía sentir bien a pesar de la pobreza.
La Bogotá de los años 1960 ofrecía un número relativamente limitado de opciones para tertulias literarias y puntos de encuentro de escritores, críticos e intelectuales. Éstos se conocían porque coincidían en los mismos sitios. Unos de ellos fue la Librería Buchholz. Otro punto de cohesión fue Letras nacionales, fundada por el médico y ya conocido escritor costeño, Manuel Zapata Olivella, criado en Cartagena. Letras comenzó en 1965 como una revista publicada cada dos meses y contaba con una sala de tertulias en el centro de la ciudad donde se hacían lecturas diarias de las obras de jóvenes creadores. Allí es donde se conocieron los primeros cuentos de Roberto Burgos, íntimo amigo de Eligio. Y el coordinador de las tertulias y encuentros literarios fue el joven José Luis Díaz-Granados, ahora periodista y escritor, pariente de Eligio García. Los que frecuentaban las tertulias a mediados de los 1960 fueron Germán Espinosa, Luis Fayad, José Luis Díaz-Granados, Óscar Collazos, Juan Gustavo Cobo Borda, Roberto Burgos, Eligio García, Alberto Duque y Umberto Valverde. En esa época, según Díaz-Granados, la narrativa estaba en manos de los costeños. De los participantes en las tertulias mencionados, Germán Espinosa, Roberto Burgos y Eligio García son de Cartagena; José Luis Díaz-Granados de Santa Marta; Alberto Duque de Barranquilla y Óscar Collazos, de la costa pacífica. Umberto Valverde, caleño, visitaba Bogotá con frecuencia y tuvo una larga y profunda amistad con Eligio. Los únicos bogotanos del grupo son Luis Fayad y Juan Gustavo Cobo Borda.
El libro
Esta monografía responde a unas condiciones y tendencias colombianas particulares de mediados del siglo veinte cuando Eligio García, escritor, periodista y crítico se formaba en Cartagena de Indias. Él vivió el cambio de un país rural a un país urbano, fenómeno que se generalizaba en toda América Latina en ese entonces, fenómeno que se aceleró en Colombia después de 1948. Fueron los escritores de la provincia, de los estratos medianos y bajos, los que sentían la necesidad de expresar su nueva realidad en la literatura. Eligio García es uno de ellos y con él, la heroica, histórica ciudad de Cartagena adquiere una nueva personalidad literaria. Su creación literaria coincide con lo que los sociólogos y urbanistas llamarían los comienzos de "la ciudad de masas"; pero para ese autor, cada persona es un individuo con sus experiencias propias y únicas, dignas de contarse.
“Toda la magia literaria y personal de Eligio se condensa, por primera vez, en un libro de 250 páginas, impreso sobre papel propalibro, en un formato considerado como propio de la editorial, 16 x 19 centímetros, y concebido 100% en Cartagena de Indias. El diseño de carátula plastificada mate con lomo metalizado es de Carlos Alfonso Melo Fajardo, socio y diseñador de la Editorial”, dijo Luis Augusto Vacca Melo, director de Ediciones Pluma de Mompox S.A.
La autora,
Margarita Sorock
Nueva York, 1943. Es una profesional independiente que se dedica a la investigación, redacción, traducción y docencia. Está radicada en Cartagena desde 1981. El febrero de 2008 terminó su doctorado en literatura y lenguaje en español en la Universidad de la Ciudad de Nueva York con una tesis sobre el Eligio García, escritor que situaba su narrativa en Cartagena, ciudad de su crianza. Su tesis de maestría, del 2003, trataba la ciudad de Cartagena y su representación en ciertas novelas de Manuel Zapata Olivella, Gabriel García Márquez, Roberto Burgos y Eligio García.
Ha sido profesora catedrática en el Departamento de Humanidades de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Participa como profesora invitada en el programa de doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad de Cartagena. Ha sido profesora de literatura en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Durante 22 años (1988-presente) Margarita Sorock ha sido redactora y traductora del Festival Internacional de Cine de Cartagena. Desde 2008, coordina la sección del Festival conocida como Cine Mujer. Trabaja como relatora y traductora para la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, siendo su esfuerzo reciente la participación en un seminario sobre el reto global y el desarrollo de medios. A menudo realiza investigaciones y traducciones para el Observatorio del Caribe Colombiano, en enero de 2009 fue sobre Carnaval de Barranquilla. Alma y gestora del reciente ciclo denominado “Voces Globales del Cine” celebrado el pasado mes de agosto en el Claustro de Santo Domingo con el apoyo de la Universidad de Cartagena, el Fondo Mixto de Cultura de Cartagena y el IPCC.
La Editorial.
Ediciones Pluma De Mompox S.A.
Nació en La Albarrada de los Ángeles, en la histórica y bicentenaria Villa Valerosa. Acaba de cumplir 10 años de vida editorial. Tiene su sede en Cartagena de Indias, desde donde impulsa y fortalece el talento literario del Caribe colombiano.
Su palmarés está representado en 57 títulos publicados y alcanza a superar los 50Mil textos en circulación. Es considerada como una de las editoriales más prolíficas de la provincia colombiana y mantiene un criterio muy independiente en cuanto a su gestión, a tal punto que hoy hace parte de la Red de Editoriales Independientes Colombianas-REIC, de la cual es socio fundador.
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